Por qué tu organización necesita una cultura de coaching
El coaching no es solo algo propio de los deportistas de élite. Cada vez es más popular entre las organizaciones para dotar a sus empleados de las aptitudes necesarias para triunfar en un panorama comercial que evoluciona constantemente.
El estilo de liderazgo "haz lo que te digo" ya es historia. Los empleados de hoy en día se preocupan más por su autodesarrollo que por seguir órdenes. Quieren que sus líderes los guíen, les brinden apoyo y les ofrezcan la oportunidad de ampliar sus habilidades y conocimientos. Una cultura de coaching puede ofrecer todo esto y mucho más.
¿Qué es una cultura de coaching?
Una cultura de coaching en el trabajo tiene lugar cuando una organización da prioridad al crecimiento y desarrollo de sus empleados para maximizar el potencial de cada persona. Se trata de un entorno en el que las personas pueden aprovechar sus puntos fuertes y, a su vez, ampliar sus conocimientos mutuamente.
Con este tipo de enfoque, la colaboración sustituye a la jerarquía tradicional y la opinión honesta reemplaza a la cultura de buscar culpables.
Estas son algunas de las características comunes de una cultura de coaching en las organizaciones:
Comunicación abierta, transparente y honesta.
Líderes que dan apoyo, empatizan y escuchan sin juzgar.
Líderes con una actitud abierta a dar y recibir un feedback constructivo.
Todos los empleados pueden aportar ideas para mejorar.
Permite que los empleados se responsabilicen de su trabajo.
Tiene una mentalidad orientada al crecimiento, en la que las personas creen en sí mismas.
Gerentes inspiradores con una gran inteligencia emocional.
Programas de coaching personalizados al alcance de todas las personas
El coaching puede ofrecerse de diversas maneras, ya sea a través de los líderes, los gerentes, los compañeros o mediante recursos externos. En definitiva, para lograr una cultura de coaching sólida, es necesario que todas las personas cuenten con las competencias básicas en este ámbito. De este modo, el coaching estará arraigado en toda la organización.
Coaching o formación
Si bien el coaching comparte similitudes con diversas modalidades de formación, como los programas de mentores y el asesoramiento, presenta algunas diferencias sutiles.
La formación se enfoca principalmente en enseñar a los empleados procedimientos, procesos y aspectos técnicos específicos de su trabajo. Un mentor suele ser alguien con más experiencia que comparte sus conocimientos sobre cómo abordar una tarea o situación concreta.
Por su parte, el coaching consiste más en orientar a los empleados en la dirección correcta para que puedan hacer crecer sus carreras. Un coach puede preguntarte cómo puede ayudarte, pero no te dirá lo que tienes que hacer ni te quitará responsabilidades. Te ayudará a conocerte mejor para que encuentres tu propio camino.
El objetivo es que tus empleados se conviertan en un activo más valioso, en personas más seguras de sí mismas y más completas. El resultado final es una empresa más próspera y ágil, capaz de adaptarse al clima económico actual, cada vez más cambiante.
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¿Cómo una cultura de coaching puede beneficiar a tu organización?
Crear una cultura de coaching en tu lugar de trabajo puede generar algunos beneficios valiosos que te ayudarán a seguir siendo competitivo y relevante. Esto incluye:
Mayores niveles de productividad
Si tienes empleados nuevos que no rinden como se espera de ellos o empleados que llevan mucho tiempo en tu empresa y necesitan un empujón, el coaching puede ser la solución.
Todos podemos sufrir bajones en nuestro rendimiento de vez en cuando, pero hay que asegurarse de que esto no se convierta en algo constante. El primer paso para conseguirlo es reconocer y valorar el trabajo de los empleados. Según Bonusly, aproximadamente el 65% de los trabajadores afirman que trabajarían más si sintieran que el equipo directivo tiene en cuenta sus contribuciones.
Mejora de la colaboración y el trabajo en equipo
Una cultura de coaching derriba las barreras entre directivos y empleados por medio del diálogo abierto y la colaboración.
Las habilidades de comunicación que se aprenden a través del coaching permiten a los equipos trabajar conjuntamente de forma más eficaz. Introducir una cultura de coaching implica descubrir cómo generar confianza, dar y recibir feedback y resolver conflictos.
Reducción de la rotación del personal
A los empleados les gusta estar en un ambiente en el que haya personas que quieran verlos prosperar. No quieren sentir que se los utiliza ni que se los subestima. El coaching puede aumentar significativamente las tasas de retención. De hecho, el 77% de los empleados que se beneficiaron del coaching afirman sentirse más leales a su empresa, según una encuesta realizada por Ezra.
Si tenemos en cuenta que contratar, entrevistar y formar a un nuevo empleado suele llevar meses (y a ello hay que sumar el tiempo que se tarda en ponerlo al día), el coaching puede contribuir enormemente a retener el talento que ya se tiene.
Mejora de la moral y del compromiso
Al centrarse en el desarrollo de los empleados, creas un entorno positivo en el que los trabajadores se sienten felices en sus puestos. Si mantienes los niveles de compromiso en un nivel alto, los empleados tendrán un mayor grado de motivación y entusiasmo y será menos probable que quieran marcharse.
Gallup descubrió que las empresas con empleados comprometidos activamente son un 23% más rentables que las que carecen de este compromiso.
Fomenta la resiliencia
Un coaching eficaz puede ayudar a los empleados a ser más fuertes mentalmente, resilientes y conscientes de sí mismos. Esto puede resultar muy valioso cuando las personas experimentan contratiempos o situaciones difíciles, no solo en el trabajo sino también en su vida personal.
Ayuda a los empleados a alcanzar su máximo potencial
El coaching brinda a los empleados la ayuda y el apoyo que necesitan para alcanzar sus objetivos y crecer como personas. Se enfoca tanto en los puntos fuertes como en los débiles para potenciar más los aspectos positivos y menos los negativos. Según un estudio de Randstad, el 84% de las personas tendrían interés en hablar con un coach profesional que las ayudara a desarrollarse si tuvieran la oportunidad.
El coaching también forma futuros líderes. Al invertir en los empleados desde un principio, desarrollarás las habilidades cruciales que necesitarán cuando se conviertan en jefes de equipo o supervisores.
Marco de seis pasos para crear una cultura de coaching
Desarrollar un estilo de coaching eficaz en todos los niveles de tu organización no se consigue de la noche a la mañana y es probable que tengas que superar varios obstáculos por el camino. Pero con una comunicación sólida y un poco de paciencia, el esfuerzo dará sus frutos si sigues estos pasos:
1. Establece una visión clara de tu modelo de coaching
Para empezar, determina qué quieres conseguir con tu estrategia de coaching. Identifica los problemas específicos de tu cultura actual y cómo abordarlos. Analiza cómo te ayudará el coaching a aplicar tus estrategias a corto y largo plazo, y en qué te beneficiará a ti y a tus empleados.
Quizá te interese idear tu propia iniciativa de coaching o tal vez prefieras empezar de forma sencilla utilizando un modelo de coaching conocido, como GROW u OSKAR. Estos modelos pueden guiar a tus empleados en el proceso de definición de objetivos y exploración de opciones para avanzar. Tu estrategia no tiene por qué ser perfecta en este punto, ya que puede ir modificándose sobre la marcha, pero al menos deberías tener una buena idea de los desafíos que quieres superar.
2. Empieza de arriba abajo
Todos podemos progresar mediante el coaching, por lo que es importante que todos los empleados tengan acceso a un coaching de alta calidad, desde los directivos y gerentes sénior hasta los miembros más jóvenes del equipo y los empleados nuevos. Actualmente, el 20% de la generación Z y los millennials se autofinancian sus experiencias de coaching, lo que demuestra que las organizaciones pueden hacer más para crear un entorno en el que el coaching se utilice como el método principal de administración.
El coaching puede utilizarse en las reuniones individuales, las evaluaciones de rendimiento y el trabajo diario para desarrollar el talento. Capacita a cada miembro del equipo para que pueda controlar su propia carga de trabajo y su bienestar. En lugar de penalizar a los empleados por su bajo rendimiento, ayúdalos a entender en qué se están equivocando para que puedan resolver el problema por sí mismos.
3. Practica las habilidades clave del coaching
Si tienes previsto recurrir a alguna forma de coaching en la empresa, tus coaches internos tendrán que practicar habilidades básicas como dar y recibir feedback y mantener conversaciones difíciles.
La realidad virtual y los bots de chat pueden ser herramientas útiles en este sentido, ya que permiten a los usuarios formarse en entornos realistas simulados e interactivos en los que no pasa nada si se falla. Desarrollar una cultura de coaching podría implicar proporcionar más recursos y una serie de métodos de comunicación diferentes, sobre todo si tienes trabajadores que trabajan de manera remota.
4. Personaliza el aprendizaje mediante el coaching digital
Evita adoptar un enfoque único para el coaching. Permite que cada persona de tu organización explore sus puntos fuertes, sus debilidades y los obstáculos que le impiden crecer mediante sesiones de coaching personalizadas. El coaching ofrece resultados más significativos cuando se dirige a las necesidades de cada empleado.
Usar una plataforma de coaching digital es una forma sencilla de dar a los empleados acceso a los coaches en cualquier momento y lugar.
5. Crea una rutina de coaching
Ningún atleta gana las Olimpiadas sin entrenar. Del mismo modo, no conseguirás instaurar con éxito una cultura de coaching en el lugar de trabajo sin una rutina de coaching.
Piensa en dedicar un tiempo a la semana a sesiones de desarrollo personal. Además, procura que el coaching se convierta en una experiencia con la que todos puedan identificarse, incorporando elementos a tu jornada laboral normal para que se integre en la cultura de tu lugar de trabajo. Por ejemplo, cuando los empleados colaboren en un nuevo proyecto, asegúrate de que haya algún aspecto vinculado al coaching.
6. Define cómo medir el éxito de tu estrategia de coaching
Para que el coaching funcione, es necesario contar con alguna manera de medir el éxito. Recopila datos antes, durante y después de implementar el programa, y define indicadores clave de rendimiento (KPI) específicos, al igual que harías con otros aspectos como la productividad y el ahorro de costos.
Por ejemplo, puedes enviar encuestas a los empleados preguntándoles qué tan de acuerdo están con las siguientes afirmaciones: "Las sesiones de coaching cumplen mis expectativas" o "El coaching me ayuda a desarrollar habilidades relevantes para mi trabajo".
En estos tiempos donde reina la incertidumbre, las empresas necesitan que sus empleados sean resilientes y capaces de adaptarse. El viejo estilo de liderazgo que dicta órdenes no sirve para hacer crecer a este tipo de empleados. En cambio, una cultura de coaching sí puede hacerlo, ya que crea un espacio seguro para que las personas prosperen, al estimular su creatividad y darles las herramientas que necesitan para resolver sus propios problemas.
Si bien el enfoque del coaching en cada organización será diferente en función de sus necesidades, objetivos y métodos, las empresas que hagan un esfuerzo especial por implantar este tipo de aprendizaje cosecharán los frutos durante años. Cuando tus empleados alcanzan su máximo potencial, también lo hace tu empresa.
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